La luna en mil pedazos.
Desde el primer amanecer que me crucé con tu presencia
Hube fantaseado tantas veces con besarte y abrazarte.
Me imaginaba cómo serías en la intimidad de una cena
Y me alegraba gratamente cuando te imaginaba perfecta.
Sentía una alegría desbordante cuando me cruzaba contigo
Y nuestras miradas compartían dos segundos eternos.
Recuerdo los cafés y las calles llenas de amigas y amigos
Pero mi mirada se perdía siguiendo tu camino.
Estaba convencido de que no había alma más maravillosa
Entre todas las que habitan este torpe y triste mundo.
Pero las cosas han dado un giro espantosamente inesperado ahora,
Espero olvidar pronto la noche en que la luna se volvió temblorosa.
Yo quise entregarte mi corazón pero preferiste rechazarlo.
Decías que no buscabas amor en mí sino sólo consuelo.
Y el mayor error de mi vida fue permitirlo y proporcionarlo.
Sí, definitivamente no eras tan maravillosa como tanto había soñado.
Los ríos ahora escalan las montañas y el amanecer se vuelve oscuro.
Y el mar se seca tanto que los peces desearían poder caminar.
El mundo que conocía ha cambiado, dejando de ser mi mundo.
Ahora, sólo queda el abatido sonido de mi corazón roto y sus latidos mudos.
Dime, si no eres tú, no lo podrá ser nadie jamás.
Estaba dispuesto a entregarte todo cuanto tenía.
Pero la luna, por fin, se hizo pedazos y todos vieron su último centellear
Y trataron de recoger sus trocitos pero no los pudieron encontrar.
Desde ahora sólo me acompañará el temido tronar de los tambores
Que guiarán mi alma errante bajo la negra soledad que has dejado.
Quizá nunca consiga despertar de esta pesadilla que rodea mi noche,
Quizá ya nunca consiga soñar.
Hube fantaseado tantas veces con besarte y abrazarte.
Me imaginaba cómo serías en la intimidad de una cena
Y me alegraba gratamente cuando te imaginaba perfecta.
Sentía una alegría desbordante cuando me cruzaba contigo
Y nuestras miradas compartían dos segundos eternos.
Recuerdo los cafés y las calles llenas de amigas y amigos
Pero mi mirada se perdía siguiendo tu camino.
Estaba convencido de que no había alma más maravillosa
Entre todas las que habitan este torpe y triste mundo.
Pero las cosas han dado un giro espantosamente inesperado ahora,
Espero olvidar pronto la noche en que la luna se volvió temblorosa.
Yo quise entregarte mi corazón pero preferiste rechazarlo.
Decías que no buscabas amor en mí sino sólo consuelo.
Y el mayor error de mi vida fue permitirlo y proporcionarlo.
Sí, definitivamente no eras tan maravillosa como tanto había soñado.
Los ríos ahora escalan las montañas y el amanecer se vuelve oscuro.
Y el mar se seca tanto que los peces desearían poder caminar.
El mundo que conocía ha cambiado, dejando de ser mi mundo.
Ahora, sólo queda el abatido sonido de mi corazón roto y sus latidos mudos.
Dime, si no eres tú, no lo podrá ser nadie jamás.
Estaba dispuesto a entregarte todo cuanto tenía.
Pero la luna, por fin, se hizo pedazos y todos vieron su último centellear
Y trataron de recoger sus trocitos pero no los pudieron encontrar.
Desde ahora sólo me acompañará el temido tronar de los tambores
Que guiarán mi alma errante bajo la negra soledad que has dejado.
Quizá nunca consiga despertar de esta pesadilla que rodea mi noche,
Quizá ya nunca consiga soñar.